15 noviembre, 2010

Último gran descubrimiento. (Lo que escucho últimamente)

10 noviembre, 2010

¿Sabes lo que quiero decir?



El mundo sin ti a veces es un paracaídas
sin paisaje para aterrizar,
una mueca descolgada,
un verano de sudores fríos,
una muñeca rusa que se ríe de mí al destaparla,
un enfado descomunal.
Un yo sin nombre.

Contigo siempre está la ventaja de salir corriendo
y esconder los gramos de risas
que me dejas entre un sí y un no.
De destapar mi maleta de viaje,
encontrarte donde siempre
como si fueras la única sombra de la noche
porque siempre es de noche cuando me miras.

Las ventajas son tus formas que se desencajan
y encajonan nuestros dedos
donde se para nuestro tiempo
mientras te hablan mis te quieros que saldrán
en algún susurro acostada en tu espalda.

Sin embargo, el frío me sigue escribiendo
que mi mundo sin ti huele como a cigarrillo apagado,
como si me lo hubieran aplastado en las narices.

¿Sabes lo que quiero decir?

Que te quiero mientras intentas hacer pompas de chicle
sólo porque yo me empeñé.

Entonces,
no sé como apartar los ojos de los tuyos
sin que se me clave una astilla en el cuello
y dejar de pensar en todas las noches sin ti
en las que hace viento
y

huele

a

Ti.


31 mayo, 2010

Un poema escrito bajo cinco minutos de sombra.















Cuéntame lo que te cuesta soportarme la mirada

que yo te hablaré del vértigo que supone escalar por tu garganta.

Puedo hacerme la cabeza un nudo
y entonces se estrecharían todas esas cosas tuyas
que cuelgan cada día y tiran de mí
como si fuera la goma gastada de un tirachinas.

Pero cuesta tanto abandonar esa tibia tirantez

en la que la incertidumbre de caer o no caer me mantiene viva.

Te quiero.

Es la primera vez que lo acepto porque sé
que no aguantaremos el peso de los reproches (los míos),
de las distancia de los minutos (los tuyos)
y son tantas veces que lo he escuchado en mi cabeza
que se me había olvidado que lo pensé ayer, esta mañana,
hace cinco minutos mientras escribía esta especie de poema,
mientras escuchaba tu voz que me suspende en el aire
como si cayera en paracaídas aunque no sepa lo que significa.

Te quiero sin querer porque hace tiempo me dejé de engañar
y sé que dejarnos caer nos matará de golpe
como pensarte bajo mi sombra
escribiéndote éste poema después de tantos meses.