
Los días llegaban en un desmedido cosquilleo
para verter unas palabras en el ombligo de tu locura,
escuchar tus humeantes alaridos
por debajo del impreso con tu pulso
y escarbar entre tus cientos de frentes
y latentes palabras en una novela mezclada en bazofia.
Convirtiendo mi silencio en un enigma
embestías contra mí por si reaccionaba
y te mandaba por lo menos a la orilla de mi sonrisa,
veté mi mala lengua por si te creía
y se abrazaba de nuevo a la dureza de tu hebra sensible.
Malgasté sobrados movimientos desmañados
al recorrernos en el espejismo de nuestra vida y otro,
en la esquina de la calle mandando ilusiones desde lejos,
se salvaron los pies como yo
cuando empezaste a no violar a mi boca,
pequeña y despistada.
Creo que te quería o que me provocabas
por eso odio a los segundos en errores ingentes
que estilamos en el hueco partido de una lengüeta,
los daños negligentes se acuestan en la cintura
y resbalan cuando no ven donde planear.
Aquellos hormigueos que maté de una estampida
se lamen el recuerdo en un poema para nadie.
ACLARACIÓN: Éstos dos siguientes poemas son del mes de julio, por motivos digamos... desconocidos no los publiqué en éste blog.
4 comentario(s):
Bueno, siempre me gusta tu manera personal de expresar. Y disfruto de imaginar lo que podrá dar de sí en el futuro a medida que se vaya depurando.
Me gusta todo el poema y el final.
Y la ACLRACIÓN fuera del poema, me deja un poco inquieto con ese -por motivos digamos...desconocidos-
Un abracito.
hola Des...
pero si no pusieramos a disposicion
de lo inaudito lo inmanejable e inpropio , porque no nos termina de pertenecer,si no pusieramos
todo lo que tenemos,que aveces es tanto,sea por lo corporeo o no ,no habria forma de saber ,
saludos
Esteban
Y también, estuve aquí.
Te dejo un caramelo.
Hola!
Que placer fue entrar a tu mundo y descubrir tus letras
Un abrazo
Monica
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