
Se sobrecogen las ciegas verdades
que caben en un puño de arena,
sin átomos, sin color ocre
asaltando razones incorpóreas.
Se enlodan las servilletas
que se esconden sobre los muslos
escrutando alguna actitud
que se fue acomodando entre los pliegues
para entregar las piernas vacantes,
sin culpa, extendiéndolas exentas
enredándose en el traspié de su lengua.
En una cuarta hora le enseño
a no adulterar mentiras en su saliva
eludiendo hacia reencarnaciones abrigadas.
No tengo paciencia para analizar verdades
y ha girado para vivir entre bambalinas
un gato negro al auscultar carnavales.
que caben en un puño de arena,
sin átomos, sin color ocre
asaltando razones incorpóreas.
Se enlodan las servilletas
que se esconden sobre los muslos
escrutando alguna actitud
que se fue acomodando entre los pliegues
para entregar las piernas vacantes,
sin culpa, extendiéndolas exentas
enredándose en el traspié de su lengua.
En una cuarta hora le enseño
a no adulterar mentiras en su saliva
eludiendo hacia reencarnaciones abrigadas.
No tengo paciencia para analizar verdades
y ha girado para vivir entre bambalinas
un gato negro al auscultar carnavales.
2 comentario(s):
Las verdades no se, pero las mentiras se descubren solitas, sin indagaciones.
Besos del este niña descalza
Tu poesía es verdaderamente rica en imágenes y sensaciones. Es una poesía que permite leerse bastantes veces y cada una se le descubren nuevas caras al prisma.
Se disfruta mucho, y mucho más que se va a disfrutar.
Besos.
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