03 julio, 2008

Esto no es amor


Es inmutable cuando le abandona
en el sórdido reflejo de su respiración
que se va adentrando en él sin ser de él
por excusas que silban haciendo caso omiso
de las deslealtades de su propio ser.

Han hablado varios abriles
en lenguas extrañas
dentro de un alfabeto escéptico
en donde las vocales
saltaban por encima de la cama
buscando palabras para entrelazar,
él las ataba,
profanándolas sin afección.

No es la costumbre del desatino
lo que le lleva a desmembrarse del cuerpo
o un mal juego de palabras
en las que no acierta
o llegar a tener los labios secos
por el abatimiento.

Es la misma luz
que refleja colores muertos
en el tiempo que marca
indiferente a su rostro,
es la discrepancia entre sus impresiones
y cercanos horizontes de la cognición.

Ella sabe que es irrevocable,
lo sabe,
porque sólo juega con ella a oscuras
apagándola con la yema de los dedos
y la recoge en medio de solares
que la adoran y la infectan
con su aroma.

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