
No recuerdo la vista
de mis manos
cubriendo mis miedos,
mis fríos y azules temores
en una mirilla
que traspasaba
la piel agrietada
de tanto golpear
lo que no se puede ocupar.
Admiré al cuerpo
extraño
que me robaba
el cielo, para dividirlo
en fingidos placeres
de coños azules,
donde en la luz de la noche
todos se vuelven ciegos.
extraño
que me robaba
el cielo, para dividirlo
en fingidos placeres
de coños azules,
donde en la luz de la noche
todos se vuelven ciegos.
5 comentario(s):
¡Joder, María!, nuevas facetas, subes el listón.
Impactado.
Vuelvo mañana que es tarde.
''Admiré al cuerpo
extraño
que me robaba
el cielo, para dividirlo
en fingidos placeres
de coños azules,
en donde con la luz de la noche
todos se vuelven ciegos''.
los dos ultimos versos son verdades casi absolutas... es una delicia este poema. Me gustó
Un beso.
Gio.
azul...azules
era yo...éramos nosotros
"en donde con la luz dela noche
todos se vuelven ciegos"
Me ha encantado este final.
Me ha encantado.
Creo, que de todo lo que te he leído, es lo que mas me ha gustado.
"Las manos que construyen, también pueden destruir". Incluyendo (tus)cielos y (tus) infiernos.
le añadimos la mirada a los objetos a las personas que nadie las va sufrir como nosotros ,despues del placer y la perdida
saludos
Esteban
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