04 julio, 2008

Boca roja

Salgo de casa con la intención
de romper la eternidad,
sólo encuentro en la escalera
un par de botellas vacías
donde decoré con tizas
los colores de una muñeca.

Manchas de grasa
en el suelo de la cocina,
no tengo ganas de limpiar
la ceniza de mi rendición.

Tiemblo con escabrosa inseguridad,
si las palomas pican en pan aguado
yo soy la corriente donde fue mojado
por no ser el afluente de causas perdidas.

Un bemol sostenido en mi cabeza
que toca la nota perfecta.

Como pensar ser la cuerda con dos nudos
si me creo el cuento de Blancanieves
donde me muerde la manzana envenenada
y el príncipe me quema con sus labios,
cómo reparar mi cueva enterrada
si aquella boca roja quiere atraparme.

Desayunos sin naranjas exprimidas,
distancias que se alargan en cada pestañeo,
ahogarme con el collar de perlas
y sentir que nada fue un sueño.

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