02 julio, 2008

Mi sombrero de copa

Calle arriba
he debido de perder mi sombrero de copa
porque no me encuentro, ocurre raras veces,
apenas cuando salgo de la puerta de latón
se oyen mis pasos y a veces
es el sonido que abriga con glosas lo que duele
por demasiado frío en la calle.

El humo de mi voz
sube como una enredadera forzada
y nunca se detiene, sólo pasa,
igual que el ácido en vena,
igual que el amor platónico
que nunca se entrega
hasta que llego a recodar
que he perdido mi sombrero.


Él es furtivo donde escondo
mis pérdidas suicidas
y mis malas melodías.
En la esquina de la calle me pierdo a veces
para dar un abrazo a lo que no existe,
para estrechar la mano con mi cobardía
y conducir por habladurías
con un falso nombre
en el carril que se ocupa por mí
y escribir sobre ti de nuevo,
convirtiéndose…
en locura

Cuando llego a esa esquina
he llegado tarde pero…
repongo una sonrisa
y encuentro mi sombrero
custodiado en el lugar de siempre;
en la distancia 
de mi bolsillo derecho.

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