03 julio, 2008

Memoria en una butaca

Yo te estaba esperando entre paseos cortos
más cerca del verano, más distante del invierno,
sentada en una butaca.

Nos volvemos ciegos en los retratos
y se aprietan fuerte los consuelos
en mitad de una estrofa caníbal
para que mis versos se coman mi memoria
donde yaces prisionero a la primera voz.

Al lado de un mal viento arrinconando
las hojas del ayer, se pierden
y una pluma se destinta
cuando cree ya fallecer
en sus márgenes anémicos.

Por desvíos de ojeadas ocultas,
bajo el filo de las impurezas
que se marchitan viejas,
se dan media vuelta,
solas se quedan.

Sentada en mi butaca
te sigo pensando,
pero cada vez...
es sólo un brío,

un respiro,

una escapada.

¿Cuántos ahogos pueden
quedar para olvidar?

Un suspiro, se va entre mis versos;
dos suspiros, se escapan por la turbación;
tres, se entrega con las manos en alto;
cuatro, me caigo.

Son mis desventajas
de adquirir materiales defectuosos.

2 comentario(s):

VICTOR VERGARA dijo...

Me ha gustado mucho el juego final.
Es un disfrute lúdico.

Suerte también en esta nueva etapa.
Abrazos.

Anónimo dijo...

Se disfruta tu versar en cada
linea,atrayendo al lector hasta
su punto final,me encantó,

Un beso.
Jose R