13 julio, 2008

Alertas de savia


No suelo volar por caminos angostos
en donde los ojos se plagan de hostilidad
entre el claro oscuro de mi perspicacia
y sólo me acojo a ella cuando
me dan un paso con el recuerdo amargo y ocioso.

Los riesgos de la maraña
son faros apagados,
una flecha arrojada
a la costura desigual de mi falda
en el arqueo torpe
de unas extremidades que sujetan el roce.

El pase de salida se encarama
en el broche de mis zapatos
bajo el aliento de bosques centenarios,
ahora no puedo bloquear las andadas.

Si la vida me sonríe
por hacer trueques en el pasado
la besaría por el gesto
y diría que tengo miedo a la confusión,
a veces no sé si somos de carne y hueso
o arena y polvo en un punto y final.

2 comentario(s):

Anónimo dijo...

Me ha encantado el poema, Descalzo.
Me gusta tu forma de tratar las palabras.

Es la primera vez, creo, que te visito. Y nada más entrar los primeros acordes (tenía los auriculares a volumen alto) de Creep, me han puesto la carne de gallina.


Un beso.

Carlos Maleno.

Descalza dijo...

Es una canción que es casi de otro mundo, me fascina.

Gracias Maleno, tengo que decir que me sorprende tenerte aquí y para nada me desagrada.

Un beso.